Además de la inventiva y deseo de mejorar día a día, hay un serio compromiso con la atención que se da a los comensales. Esta se ha forjado con el fiel objetivo de brindar una experiencia en cada mesa y ha funcionado para que se sienta como una extensión de casa. De ahí nació la idea de dar bebidas y botana a los clientes en espera: Bar de Cortesía, lo que consolidó la importancia que ellos tienen para Fisher’s. Esta serie de sucesos en la interesante y conmovedora historia del negocio ha sido regida por un cúmulo de valores, mismos que Don Simón escogió por comenzar con la misma letra del apellido familiar. Entre ellos están la honradez, el humor y la habilidad.
A la distancia de su difícil inicio y repasando estos 29 años, los Hamparzumian tienen claro que todo fue resultado de un trabajo descomunal 24/7 de una familia muy unida.
Un compromiso que hoy se distingue en 19 sucursales en la Ciudad de México y en estados como Puebla, Querétaro, Veracruz y Morelia, y en el desarrollo de otros conceptos como Decräb, Simon’s, Don Capitán y The Big’s. En la satisfacción de cada anfitrión que atiende a los comensales en cada restaurante y en la calidad-precio que ha sido el sello de Fisher’s. Pero sin duda en la capacidad que sus creadores seguirán teniendo para proponer cosas nuevas y expandirse a lugares, por ahora, inimaginables.